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René Portocarrero
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1912-1985
- Nacionalidad: Cubano
- Estilos: Ecléctico, Expresionismo,semi-abstracto
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Biografía de René Portocarrero
Cuando René Portocarrero murió en el año 1985, a consecuencia de un accidente doméstico, el New York Times lo señaló como el máximo pintor contemporáneo de Cuba. Habiendo nacido en La Habana en 1912, su talento para el dibujo fue rápidamente reconocido. Durante 1924 a 1926 asistió a dos academias de arte pero el clasicismo formal de la época le molestaba por lo que abandonó sus estudios. Fue esencialmente un artista autodidacta.
La carrera de Portocarrero se nutría de una intensa actividad social, artística y política. Viajaba mucho pero La Habana fue siempre su hogar y la vida en Cuba el tema principal de su pintura.
Portocarreo fue pintor, grabador, muralista y ceramista. Sus murales adornan la prisión de la La Habana (1942) y el Havana Hilton (1957), entre otros sitios. Se podría definir su estilo como ecléctico ya que flirteó con diversos estilos e influencias. Desde sus primeros trabajos de tipo académico, pasando por el Modernismo Latino al estilo de Rivera del final de los treinta y un simultáneo interés por el Surrealismo (publicó dos libros de dibujos al final de la década de los treinta), se podría decir que adhiere a un tipo de expresionismo semi-abstracto que recuerda a Picasso. En realidad Portocarrero durante toda su carrera produjo pinturas de una gran variedad de estilos. Un sitio web cubano opinó que “no tenía idea de lo que iba a producir hasta que el pincel tocaba la tela” y tenían razón. Pero detrás del aparente entusiasmo por la variedad se puede observar un método y un tema. Portocarrero vuelve siempre a los temas religiosos y mitológicos, a las mujeres y a los festivales latinos.
Su obra está plagada de catedrales, brujas y diablos. Hacia fines de los cuarenta su mezcla ecléctica de estilos conforma un patrón constante, mostrando una masa de detalles de manera compleja e intrincada con una o más figuras u objetos perceptibles que emergen de la misma. Sus naturalezas muertas también están abarrotadas y animadas, a menudo con una paleta impactante. Son explosiones de flora. En lo que respecta a su composición son muy semejantes. Las flores incendiarias están contenidas en un florero y llenan la tela hasta un punto que parece que van a salir de la misma, acomodadas (si ésta puede ser la mejor definición) dentro de una mas circular.
En 1962 Portocarrero llevó a cabo una muestra denominada “Color de Cuba” que enriqueció su trabajo referido a la imaginería religiosa. Para esta exhibición y luego de revisar su catálogo, podemos concluir que utilizó las imágenes de santos y otras ornamentaciones provenientes de sus viajes por el Caribe.
Uno de los hechos más intrigantes de Portocarrero era que nunca sabía que iba a pintar hasta que su pincel tocaba la tela. La falta de planificación en sus composiciones le daban un filo expresionista, pero esto no interfería en lo más mínimo en su arte. Sus temas eran a menudo enriquecidos con temas femeninos, con toques de historia cultural. Generalmente Portocarrero pintaba en el estilo “mosaico” y sus retratos eran frecuentemente de naturaleza cubista. Un ejemplo puede ser el de “Josephine Baker”.
El estilo libre de Portocarrero lo llevó a producir una obra en constante evolución. No adhirió a un estilo particular por mucho tiempo y trabajó profusamente en arte abstracto. Algunas de sus piezas más notables recuerdan al trabajo de M.C.Escher y están trabajadas de manera compleja, como en el caso de “Gestáltica”. A simple vista se pueden ver sólo volutas de color brillante y formas geométricas, pero si hacemos una inspección más cercana, se podrá observar un cuerpo dentro de esta composición.
Como su contemporáneo Pablo Picasso, Portocarrero utilizó la prominente nariz africana en algunos de sus bocetos. Esta nariz es común a las pinturas cubistas, sin embargo Portocarrero parece haber dominado el estilo de la misma manera que lo hizo Picasso.
Asimismo al igual que Picasso, Portocarrero hizo muchos bocetos “lineales” o de una línea. Generalmente se trataba de perfiles de mujer o mostraban temas de la tradición cubana, y con un aspecto inconfundible. A menudo incorporaba pájaros, flores y estaban muy ornamentados. La mayoría de estos bocetos aparecieron al final de su carrera, como “Rostro y Palomas”.
Portocarrero es recordado por su innovador uso del color y por los temas caribeños. Actualmente su trabajo puede ubicarse en San Francisco, New York, Sao Paulo y en otros museos del mundo.






